Enfocado con cierto halo de exclusividad, el nuevo integrante de Buick también debería robar ventas a los premium del segmento como el Audi Q5. Para ello se ha cuidado mucho tanto la dotación como los acabados, utilizando materiales de buena calidad (especialmente cuero, aluminio pulido y apliques en madera). Con 4,66 metros de longitud y una anchura de 1,839 metros, su mayor pega estará en un maletero algo justo con 420 litros de partida. Mejor paradas quedan las plazas posteriores, con mucho hueco longitudinal y la posibilidad de regulación la inclinación del respaldo.
Aunque de momento sólo hay imágenes del vídeo de la presentación, podemos hacernos una idea de su estética perfectamente. Toma guiños de diseño ya vistos en los Enclave y el pequeño Encore, destacando en el frontal la enorme parrilla cromada. La zaga será algo más clásica aunque empleará ciertos elementos decorativos que le hacen ganar empaque.
El equipamiento posible será muy rico. De serie llevarán los controles de tracción y estabilidad, múltiples airbags, luces LED, pantalla táctil con ocho pulgadas, tapizado en piel, asientos térmicos, navegador, etc. Según la terminación podrán tener volante térmico, techo solar, asientos ventilados, acceso sin llave, arranque por botón, freno de mano eléctrico, portón eléctrico, etc. En seguridad hay que destacar el detector de objetos en ángulo muerto, asistente de cambio de carril, lector de señales de tráfico, control de crucero activo, etc.
Al menos en un principio sólo estará asociado a un motor de gasolina con dos litros de cilindrada y turbo, idéntico al que llevan los Cadillac ATS. Aquí desarrolla 260 CV de potencia y 353 Nm de par. Podrá pedirse con cambio manual o automático, siempre con seis velocidades, y con tracción sencilla o total.