Este año, la escasez mundial de chips está golpeando al sector automotriz de manera muy dura y lo puso contra las cuerdas. Como consecuencia de esto, las empresas del sector tuvieron que reducir la producción en varios millones de vehículos y se están perdiendo miles de millones de dólares en ingresos. Nuestra región no es ajena a esta crisis y el problema se puede observar viendo la falta de stock que hay en las concesionarias argentinas. Lamentablemente, parece ser que los chips seguirán faltando hasta 2022.
Antes de tratar de explicar la crisis de los chips y el porque de su escasez, hay que tener en cuenta algunos puntos básicos. Los automóviles modernos, utilizan en promedio más o menos 1,000 semiconductores, los cuales son cruciales para el funcionamiento de los sistemas mecánicos, de seguridad y confort. Mientras que los vehículos más viejos, usan en promedio la mitad de microchips, una tecnología más vieja y en retirada (para la cual ya casi no hay inversión).
Para explicar la escasez de chips, debemos remontarnos a los primeros meses de la pandemia. A nivel global, los proveedores de automóviles cancelaron los pedidos de chips debido a su justificada preocupación por la debilidad de la demanda. Esos pedidos que cancelaron los proveedores de la industria automotriz fueron absorbidos por las empresas de electrónica de consumo masivo. Recordemos que con la pandemia, todo el mundo se quedó en su casa, lo que elevó la demanda de los dispositivos electrónicos utilizados para estudia y trabajar. Por consiguiente, cuando las ventas de automóviles se recuperaron en el mundo para mediados de 2020, las automotrices se encontraron con que no tenían la cantidad de chips necesarios para hacer frente a sus necesidades de producción.
Además, actualmente se están produciendo nuevos cuellos de botella en Asia por la forma en que se prueban y se empaquetan los chips (por problemas geopolíticos y restricciones por pandemia) y a su vez, las empresas más grandes en cuanto a producción de chips, se están volcando a la producción de semiconductores, reduciendo los niveles de producción de microchips, lo que genera un nuevo punto de preocupación para la industria automotriz. Y como si esto fuera poco, dentro de la producción de semiconductores, también se están dejando de lado a los de menor margen de rentabilidad y baja tecnología, que son justamente los que suelen utilizarse en los automóviles.
De esta manera, las preocupaciones de los fabricantes de autos avanzan por dos frentes. Primero deben encontrar los chips que necesitan para hacer frente a la demanda actual de automóviles y poder mantener a las fábricas abiertas. Y segundo, deben planificar como podrán garantizar el suministro de chips a mediano y largo plazo.
La consultora AlixPartners LLP estimó que esta escasez de chips le va a costar este año unos 210,000 millones de dólares en ingresos a la industria automotriz.
En el mundo, las automotrices están reduciendo el equipamiento de varios de sus modelos para poder ahorrar semiconductores y aumentar la producción de autos. En Europa Stellantis fabrica algunos modelos que originalmente traían tableros digitales con tableros digitales, por ejemplo. En Estados Unidos, General Motors y Ford están adoptando la mis fórmula.
En cuanto a nuestra región, por el momento no se anunciaron medidas como las adoptadas en Europa o Estados Unidos, pero la falta de stock está generando preocupación en las fábricas locales y en las concesionarias. En nuestro país a este problema se le suma la poca liberación local de los autos importados, motivo por el cual el presidente de ACARA, Ricardo Bartolomé, le pidió un esfuerzo al Gobierno Nacional para con el sector.
Antes de tratar de explicar la crisis de los chips y el porque de su escasez, hay que tener en cuenta algunos puntos básicos. Los automóviles modernos, utilizan en promedio más o menos 1,000 semiconductores, los cuales son cruciales para el funcionamiento de los sistemas mecánicos, de seguridad y confort. Mientras que los vehículos más viejos, usan en promedio la mitad de microchips, una tecnología más vieja y en retirada (para la cual ya casi no hay inversión).
Para explicar la escasez de chips, debemos remontarnos a los primeros meses de la pandemia. A nivel global, los proveedores de automóviles cancelaron los pedidos de chips debido a su justificada preocupación por la debilidad de la demanda. Esos pedidos que cancelaron los proveedores de la industria automotriz fueron absorbidos por las empresas de electrónica de consumo masivo. Recordemos que con la pandemia, todo el mundo se quedó en su casa, lo que elevó la demanda de los dispositivos electrónicos utilizados para estudia y trabajar. Por consiguiente, cuando las ventas de automóviles se recuperaron en el mundo para mediados de 2020, las automotrices se encontraron con que no tenían la cantidad de chips necesarios para hacer frente a sus necesidades de producción.
Además, actualmente se están produciendo nuevos cuellos de botella en Asia por la forma en que se prueban y se empaquetan los chips (por problemas geopolíticos y restricciones por pandemia) y a su vez, las empresas más grandes en cuanto a producción de chips, se están volcando a la producción de semiconductores, reduciendo los niveles de producción de microchips, lo que genera un nuevo punto de preocupación para la industria automotriz. Y como si esto fuera poco, dentro de la producción de semiconductores, también se están dejando de lado a los de menor margen de rentabilidad y baja tecnología, que son justamente los que suelen utilizarse en los automóviles.
De esta manera, las preocupaciones de los fabricantes de autos avanzan por dos frentes. Primero deben encontrar los chips que necesitan para hacer frente a la demanda actual de automóviles y poder mantener a las fábricas abiertas. Y segundo, deben planificar como podrán garantizar el suministro de chips a mediano y largo plazo.
La consultora AlixPartners LLP estimó que esta escasez de chips le va a costar este año unos 210,000 millones de dólares en ingresos a la industria automotriz.
En el mundo, las automotrices están reduciendo el equipamiento de varios de sus modelos para poder ahorrar semiconductores y aumentar la producción de autos. En Europa Stellantis fabrica algunos modelos que originalmente traían tableros digitales con tableros digitales, por ejemplo. En Estados Unidos, General Motors y Ford están adoptando la mis fórmula.
En cuanto a nuestra región, por el momento no se anunciaron medidas como las adoptadas en Europa o Estados Unidos, pero la falta de stock está generando preocupación en las fábricas locales y en las concesionarias. En nuestro país a este problema se le suma la poca liberación local de los autos importados, motivo por el cual el presidente de ACARA, Ricardo Bartolomé, le pidió un esfuerzo al Gobierno Nacional para con el sector.