Las cosas empezaron bastante bien. Los Spyker combinaban una carrocería muy original con una gran atención al detalle en el interior y potentes motores de origen Audi. El problema es que quisieron tener su propia escudería de F1 y hacerse con Saab. El resultado fue una sonora bancarrota.
No hace mucho que Spyker volvió a los negocios, carrozando el difunto Artega GT como Spyker Venator. Además de haber visto sólo una unidad y pedir financiación a los posibles clientes, el fisco holandés ha decidido que no esperaba más y quiere cobrar la deuda de Spyker, obligándola a subastar algunos de sus activos para poder afrontar el pago.
Entre los activos que subastará Spyker se encuentran algunos modelos especiales de la marca, como el Spyker-Ferrari F8-VII de la temporada 2007 de F1, el C8 de resistencia, unos cuantos C8 Ailerons y el rarísimo SUV D12 Peking-to-Paris, que algún día, supuestamente, llegará a la fabricación en serie. También, por si tenéis un taller o queréis experimentar con algún engendro mecánico, subastarán 85 motores V8 de origen Audi y sus correspondientes transmisiones.
La marca se apresura, evidentemente, de explicar que la subasta no tiene nada que ver con la bancarrota. Técnicamente hablando, es cierto. Sin embargo, cuando tienes que vender parte de tu patrimonio e historia para pagar a Hacienda, no pinta un futuro muy prometedor.
