En los coches de carreras esto se soluciona muchas veces con rótulas y mecanismos de articulación "metal contra metal", pero éstos no son viables en coches de calle, porque transmiten un montón de vibraciones y se fatigan y acaban rompiendo antes.
Pero Ferrari ha tenido una idea, y ha decidido patentarla.
Con la nueva generación de direcciones asistidas eléctricas, ¿por qué no compensar las holguras de la dirección artificialmente con el motor de la dirección asistida? Así lo explica una patente a la que ha tenido acceso la publicación EVO.
En la documentación Ferrari promete que el sistema sería simplemente transparente para el usuario, que no se percataría de su existencia, pero al mismo tiempo modificaría esa sensación extraña inicial de unas décimas de grado cuando cambias de giro o rompes la posición central del volante.
¿Veremos aplicación directa de esta patente de manera inminente en Ferrari? Lo cierto es que es algo tan obvio, sencillo de implementar y lógico, que entenderíamos que llegara pronto a los modelos de calle.