Motor 1.3 litros |
El ciclo Atkinson muestra claras ventajas. Reducir la carrera de compresión respecto a la de expansión permite aprovechar mejor la energía de los gases de combustión. Son motores que trabajan a menores temperaturas y presiones en la cámara de combustión, y ofrecen menos vibraciones y menos ruido comparado con un motor de cilindrada equivalente.
El problema es que el ciclo Atkinson ofrece menos potencia que un motor de cilindrada equivalente, pues dicha cilindrada se mide con el desplazamiento completo del pistón, y no con el volumen que realmente se comprime. En cualquier caso, los motores Atkison, por diseño, suelen ser menos apropiados para girar a altas revoluciones, por lo que sus aplicaciones han de ser más enfocadas hacia vehículos pensados en una gran flexibilidad de uso, con par en bajas vueltas, que para molinillos deportivos.
Motor 1.0 litros |
Pues bien, el ciclo Atkinson volverá ahora a modelos de producción no híbridos de Toyota (Mazda, en sus motores Skyactiv ya lo usa). Los nipones de Toyota ofrecerán dos nuevas mecánicas de 1 y 1,3 litros de cilindrada, con tres cilindros la primera y con cuatro la segunda.
Ambas mecánicas se implementarán en 15 especificaciones diferentes para empezar a motorizar modelos de la marca a partir de 2015. Modelos que deberían empezar por el Yaris en Europa.
Toyota promete una eficiencia en el motor de cuatro cilindros del 38%, y una del 37% para el motor de tres cilindros. Son cifras muy elevadas, logradas a base de grandes relaciones de compresión (13:5 para el 1,3 y 11,5 para el 1,0). No se emplea inyección directa ni sobrealimentación por turbocompresor en estos motores, de los que no se han ofrecido datos de prestaciones concretos.
Trabajar sin problemas de detonación con 13,5:1 de relación de compresión con gasolina 95 convencional sin inyección directa es todo un logro de ingeniería. Para ello Toyota ha trabajado en mantener las temperaturas de la camisa del cilindro especialmente bajas con un tratamiento especial del circuito de refrigeración, mientras el pistón se ha diseñado para no tener puntos calientes. El sistema de distribución variable doble pone la guinda para un motor tecnológico de bajo consumo.
El motor de 1,3 litros bien podría ser, además, la base mecánica del próximo Toyota Prius, que debería estar con nosotros en un par de años.