En el próximo salón de Nueva York, Land Rover presentará el nuevo Discovery, y aunque lo hará bajo la forma de un "concept car", traerá consigo alguna innovación en primicia. Frente a los Range Rover más orientados al lujo, el Discovery siempre se ha posicionado como el heredero del Defender, más orientado a la aventura. Y en ese sentido siempre tuvo la primicia de los avances realizados en los sistemas de ayuda a la práctica del off-road. Así, el Discovery 3 fue el primer modelo en equipar el Terrain Response que modifica los controles electrónicos, suspensión y bloqueos de diferenciales en función de la superficie sobre la que evoluciona el coche.
Para esta nueva generación, Land Rover propone un capó "transparente" para que el conductor pueda ver el terreno sobre el que conduce y donde pone las ruedas. Es algo particularmente útil en las rampas muy pronunciadas, en los caminos con rocas (para evitar cortar los flancos de un neumático) o para salvar cualquier obstáculo importante de forma general.
Hasta ahora, lo habitual en una de esas sistuaciones era subir el asiento, bajar la ventanilla y sacar medio cuerpo fuera para asegurarnos de por donde íbamos. Eso, en el lado izquierdo, porque para el lado derecho el copiloto debía bajarse del coche y guiarnos.
Con las evoluciones del Terrain Response, Land Rover fue añadiendo cámaras que nos permitían una visión de 360º alrededor del coche, pero este sistema va más lejos. Una serie de cámaras situadas en la base del parachoques proyectan en el parabrisas las imágenes del camino y éstas se superponen en la zona del capó. Las imágenes combinadas con una representación gráfica de las ruedas, gracias a unos sensores de ángulo, crean la ilusión de que vemos a través del capó y del motor.
